"Hay algo especial en la leche de vaca", dice Domaskey. Tanto la leche de vaca, de cabra u oveja contienen caseína,
una fosfoproteína presente en la leche y en algunos de sus derivados,
utilizada para...
la elaboración de productos alimentarios y no
alimentarios (pinturas, pegamentos, etc.). Pero solo la leche de vaca,
por el tipo de caseína que tiene, es la adecuada para la creación de la
fibra Qmilch según afirma la microbióloga de Hanover.
Además, el proceso de Damaske no tira la leche, sino que utiliza
únicamente leche secundaria, agria o en mal estado, que ya no es apta
para el consumo humano. Después, la convierte en fibra mediante una
técnica que la empresa se ha negado a divulgar. Estas fibras pueden
combinarse con algodón o fibras sintéticas, pero cuando se utiliza solo
la fibra de vaca, el tejido resultante es totalmente biodegradable y
antialérgico. Precisamente por esto, Domaske afirma que las
posibilidades de esta fibra son infinitas, pues servirían no solo para
nutrir la alta costura de un tejido innovador, sino también para
utilizarla en los tejidos de la ropa de cama de hospitales, el interior
de los vehículos... ¿Lo mejor de todo? El proceso de producción: sin
productos químicos o pesticidas.
Fuente: quo.es
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