Según David Huron, investigador de la Universidad Estatal de Ohio (EE UU), los niveles de la hormona prolactina aumentan cuando sentimos tristeza, produciendo un efecto psicológico de consuelo, de manera que esta hormona nos ayuda a sentirnos mejor.
En experimentos con diferentes grupos de sujetos, Huron comparó los
niveles de prolactina en sangre en personas que reaccionan de forma
diferente ante una canción cargada de melancolía. Así comprobó que las personas que más prolactina sintetizan sienten placer e incluso disfrutan escuchando canciones tristes. Sin embargo, según revelaba en la revista especializada Musicae Scientiae,
las personas con la prolactina baja solo empatizan con la tristeza, y
por lo tanto se sienten mal, e incluso se deprimen, escuchando este tipo
de melodías.
Fuente: muyinteresante.es
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