viernes, 22 de julio de 2011

¿Avanzamos hacia un "Planeta de los Simios"?

La línea divisoria es muy tenue: ¿hasta dónde debe experimentarse con animales para entender mejor el organismo humano y avanzar en los tratamientos de enfermedades?.


Este tipo de estudios, en los que se introduce tejido o células humanas en animales, son esenciales en la investigación médica.

Pero si no se marca un límite ético claro, la ciencia está en peligro de crear "monstruos tipo Frankenstein".
Esa es la advertencia de la Academia de Ciencias Médicas del Reino Unido, que está pidiendo al gobierno británico establecer regulaciones más estrictas para controlar el rápido y extenso avance de la "delicada" investigación con animales.
El informe de la Academia expresa temores por lo que dice es la posibilidad real de crear simios que tengan la capacidad de pensar y hablar como los humanos.
Sin embargo, la Academia no está pidiendo prohibir estos estudios. Al contrario, afirma que éstos son esenciales para la investigación del tratamiento de enfermedades humanas.
Pero expresa que con el avance las técnicas y descubrimientos están surgiendo nuevos asuntos éticos que necesitan urgentemente ser regulados.
También se crean ratas con lesiones similares a las que causan un derrame cerebral en humanos para probar si se logra una mejora inyectándoles en el cerebro células madre humanas.
Se han introducido genes humanos en el genoma de cabras para producir una proteína humana que se usa en el tratamiento de trastornos de coagulación.
Todos estos estudios, expresa el profesor Christopher Shaw, del King's College de Londres y uno de los autores del informe, "son extraordinariamente importantes".
"¿Se va a reducir (este campo) o va a desaparecer? No. Y estoy seguro de que conducirá a nuevos tratamientos", agrega.

La mayoría de estos experimentos se llevan a cabo con ratones y ratas. Pero los científicos están particularmente preocupados por las investigaciones con simios.
En el Reino Unido están prohibidas las investigaciones con grandes simios, gorilas, chimpancés y orangutanes, pero éstas sí están permitidas en muchos otros países, como Estados Unidos.
Y aquí es donde se expresan temores por la posibilidad de crear simios que tengan la capacidad de pensar y hablar como los humanos.
"Lo que tememos es que si se comienzan a introducir grandes números de células cerebrales humanas en el cerebro de primates se podrá transformar súbitamente al primate en algo que posee algunas de las capacidades que se consideran distintivamente humanas, como el lenguaje" expresa el profesor Thomas Baldwin, miembro de la Academia.

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